Fuego Sagrado de Itzachilatlan del Mayab
de Rolando Vargas, el Sábado, 3 de diciembre de 2011, 22:23
ORIGEN
Todo esto comienza en el principio de la historia, en la historia de las piedras. Las piedras tienen una historia de millones de años atrás, entonces, ahí comienza la historia del Fuego Sagrado de Itzachilatlan.
Antiguamente, con el nombre original que nuestros abuelos utilizaban, Tonal Teokalli, que es la casa del creador, la casa de nuestros antepasados. Entonces, la tradición, el camino rojo, el fuego de la media luna, el fuego de las siete generaciones, el fuego de nuestros antepasados, todo esto, es uno mismo. Recordamos nuestra historia como nuestro padre, que es el fuego sagrado.
Padre y Madre, o los dos en uno. Ome Teotl, que quiere decir dualidad creadora.
El mismo principio es el misterio, o es el origen del Gran Espíritu. El primer hombre, la primera mujer, salió del fuego de nuestra madre tierra y de nuestro padre el Gran Espíritu.
LAS CEREMONIAS
Este fuego es conocido como el Fuego de la Media Luna y representa las siete direcciones, las siete generaciones. Este fuego reconoce el diseño escrito sobre el primer espacio, que es la presencia del espíritu, la presencia de la naturaleza del espíritu, la presencia de la totalidad del espíritu, la presencia de la armonía del amor que existe en el Gran espíritu.
Estos cuatro misterios se encuentran ahí y siempre están a nuestro alcance.
Nosotros hemos reconocido lo sagrado que es el tabaco y que es uno de los primeros espíritus, de las primeras medicinas que vinieron a nosotros para enfocarnos, ayudarnos.
El tabaco es el primer medio que recibimos frente al Fuego Sagrado, ahí, en el círculo de la Media Luna.
El tabaco lo utilizamos para invocar al Gran espíritu para entrar en su casa.
Reconocemos el medio que estamos utilizando y lo sagrado que es. Nos permite tener una línea que conecta directamente con la medicina.
Después de este tabaco, utilizamos la medicina del abuelito Peyotl, para que nos sane, nos cure, nos de fuerza, nos de sobriedad, claridad, visión.
Pedimos al abuelito con mucho corazón, amor, sinceridad, voluntad, las cosas que queremos.
El nos las puede dar, el nos puede contestar, pero debemos ser verdaderos para recibirlas.
Es importante, cuando venimos aquí, que vengamos conscientes, no podemos estar observando, curioseando.
Las puertas del fuego son reales, no se buscan fanatismos, se busca la verdad.
Buscamos a aquellos que están dispuestos a asumir una responsabilidad, un compromiso dentro de todo esto.
Es un trabajo real, que tiene que ser llevado a cabo por todos los seres que invocan al Gran espíritu y que a través de su propio sudor, de su propio esfuerzo van a hacer algo que vale la pena para que estén mejor las cosas aquí en la Tierra, para el beneficio de nuestros hijos.
Para que ellos lo tengan mucho mejor que como nosotros lo tenemos.
Estamos haciendo este trabajo para dejar algo para las futuras generaciones, para los niños que aun no han nacido, para los que están por nacer.
Para que puedan encontrar estos árboles ancianos, esta agua pura y cristalina, que no este contamina, y que podamos estar felices y decirles, “esto es lo que hemos cuidado para ustedes, esto es lo que hemos hecho para ustedes, hemos tratado de no ensuciar el regalo del Gran espíritu para que ustedes lo reciban como nosotros lo recibimos, como nuestros abuelos lo recibieron, y quizás con la inspiración y la delicadeza del aprecio de valorizar, de respetar la energía vital que esta guardada en este espacio”.
Nosotros nos encontramos en la tarea del fuego y reconocemos que la medicina es importante.
Después utilizamos la medicina de nuestros cantos, de nuestros corazones, de la vibración del tambor, del latido del corazón, dentro del tambor, de la criatura que esta por nacer.
Nos sostenemos sobre el árbol de la vida y tomamos la responsabilidad del hombre y la mujer para hacer latir la vida en todo el universo, para que haya armonía, un solo espíritu, y para vivir cada instante tal y como lo hicieron nuestros antepasados frente al Fuego Sagrado con toda nuestra familia. Con conciencia, amor y respeto por lo que estamos haciendo.
Nos movemos en forma de círculo para realizar un momento real y verdadero frente a la presencia de nosotros mismos como familia, como círculo sagrado y como manifestación del Gran espíritu, de la Madre Tierra, de la importancia de nuestra propia existencia en la vida.
Una de las cosas que hacemos alrededor del círculo es reconocer la lluvia, lo sagrado del agua.
El agua es el principio de la base.
Esta agua tiene dos características: una femenina y otra masculina, porque este liquido se encuentra tanto en el hombre como en la mujer.
La semilla que viene en el hombre es agua, plena de energía vital, pero tiene que ser fertilizada, bendecida, por la energía del agua de la mujer para que de vida.
Es así como lo entendemos, todo lo que esta frente a este fuego tiene relación.
Cuando tomamos el tabaco en nuestras manos es tal y como lo tenemos en nuestro corazón; es como nuestros rezos, es nuestra presencia, es en la forma que lo presentamos, simple y directamente, y es cuando nosotros reconocemos esta verdad guardada.
El tabaco tiene uno de los papeles principales, es utilizado en esta forma cinco veces.
Primer es lo que llamamos el afecto del uno para el otro. El afecto es el propósito para reunirnos, tiene que haber algo que nos una a todos por igual: es el amor de esforzarnos juntos con una sola mente, un solo corazón, un solo propósito, a eso se le llama afecto.
Con este espíritu nos unimos como un solo ser y ponemos el primer tabaco en el fuego para consagrarlo con este propósito y poder pasar al uso del otro tabaco para todo el círculo.
Después de eso utilizamos cuatro tabacos.
El primero de los cuatro es la comunión, la relación, el acuerdo que hacemos dentro de nosotros que escuchamos mutuamente, de unirnos, de apoyarnos.
El siguiente es el tabaco de la bendición de esta unidad, es el tabaco del agua que viene del cielo a darnos vida.
Después de este tabaco viene la presencia del Gran espíritu y ve esto que esta sucediendo y dice: “estoy de acuerdo con esto que están haciendo, hay corazón y esta el sentimiento original de la verdad”
En el último tabaco se nos entregan los alimentos que son la mujer y el hombre, los niños y los nietos.
La mujer esta representada por el agua, sobre el agua el hombre deposita las semillas que están representadas por el maíz.
Si no esta la Madre Tierra, no puede estar el fuego y si no esta el agua para recibir la semilla no puede haber vida dentro del vientre, de la bolsa de agua.
Después viene la carne, el nacimiento y luego los frutos.
Los frutos representan los frutos de la carne.
Tenemos en este espacio las medicinas que conocemos como el alimento.
El alimento es todo, es el agua, el aire, todo lo que nos da de comer, las ideas, las palabras, todo es alimento.
De esta manera vivimos y decimos que nuestro corazón se ha llenado de felicidad y que el día ha sido recibido de buena manera. Estamos felices de estar vivos porque hemos pasado el proceso que se tenía que pasar, durante toda la noche, para tener la claridad de esta vida: estar alertas, conscientes toda la noche.
Estos son algunos de los diseños de las ceremonias que estamos llevando a toda la gente a través de la medicina y del Fuego Sagrado.
También esta el Temazcal, la casa de las abuelas piedras, y la presencia de la Pipa Sagrada.
Todo esto esta en los terrenos de la Tradición.
También se lleva a cabo la Búsqueda de visión, la subida a la montaña, el poder encontrarnos a nosotros mismos el la búsqueda. Dejar ir aquello que no vale la pena, aquello que nos ha dañado, bloqueado, detenido en nuestro camino a la verdad.
Comprender que todo lo que existe es parte de uno mismo.
Estamos viviendo un momento en el que nos damos cuenta que en estas formas existen muchas medicinas.
Cada lugar tiene una medicina, y el propósito de este fuego es el juntar todas las medicinas que existen para volver a ponerlas en las manos de la gente y que ellos puedan ser su propia sanación, que puedan tener la habilidad de saber exactamente como están.
Por esto hacemos todo esto frente al fuego y para toda la gente.
Estamos entregando este camino para que nuestra gente vuelva a encontrar el lugar donde edificar, construir este templo.
El regreso al camino de nuestros antepasados
Aurelio Diaz Tekpankalli
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