LIBERTAD ESPIRITUAL: LA NUEVA TIERRA
Los invito a que caminemos juntos por esta temática sumamente significativa y con la cual es posible que muchos de ustedes se sientan identificados en mayor o menor medida.
Desde ya no será un intento de definir una verdad absoluta ni cerrada, sino que surge desde un lugar de comprensión y desde el honrar el Camino de cada uno, sabiendo que muy probablemente otras personas estén transitando un Camino muy diferente y único a su manera.
Se trata, ni más ni menos, de la Libertad Espiritual, el abrazar cada vez más esa Esencia y Verdad que vive dentro de nosotros, soltando cada vez más toda dependencia hacia creencias, figuras externas y estructuras espirituales creadas por el humano.
La Libertad Espiritual no es una meta, sino un proceso en eterno desarrollo. Este proceso desde ya sigue estando alineado con honrar la Divinidad, el reino invisible, Guías, Maestros, Ángeles, Arcángeles, Cristo o cualquier Ser con quien sintamos afinidad, pero ya no como figuras impuestas desde el exterior o desde estructuras humanas, sino como parte intrínseca de esta Esencia y Verdad que se alcanza sin intermediarios, en nuestro interior, desde la quietud, en la naturaleza, en la meditación, en la música, en el compartir entre pares, en el simple Ser y Estar y un largo etcétera que puede variar según cada uno.
Muchas veces sucede que estamos en búsqueda, una búsqueda que por momentos no termina siendo disfrutada. Al ir haciendo realidad en nosotros la Libertad Espiritual, comenzamos a dejar de buscar, para vivir en un “Encuentro” con uno mismo y con una profunda dicha que emana de adentro y ya no tanto buscando afuera, aunque desde ya, la sana inquietud siempre está presente y nos puede llevar a seguir explorando y explorándonos en esta espiral siempre ascendente que es la Realización en nuestro Eterno Ser.
Esta Libertad Espiritual y esta posibilidad concreta de conectar interiormente con la Divinidad que mora en nosotros y con la dicha, entusiasmo y paz que esto trae aparejado, es nuestro derecho de nacimiento, y nadie externo a nosotros nos lo puede otorgar ni quitar. Es uno de los dones más preciados que tenemos y es cuestión de simplemente darnos cuenta de ello, para comenzar a Disfrutarla y transitarla conscientemente.
El rechazo a la libertad en el ser humano y el miedo a la soledad
Aunque a primera vista parezca mentira, en lo profundo de muchos de nosotros hay una parte que no quiere ser libre ni asumir su soberanía espiritual. Esta parte tiene un gran temor a la libertad y a la soledad. Si no la hacemos consciente, si no la aceptamos e integramos, nos puede llevar a entregar nuestra libertad y discernimiento a ciertas instituciones o personas que decidan por nosotros y nos digan todo lo que debemos hacer. A primera vista puede parecer que seguimos buscando la liberación espiritual, pero se da la paradoja de que podemos terminar presos en sistemas de creencias rígidos y anticuados.
Este patrón de rechazo a la Libertad Espiritual muchas veces se combina con otro patrón muy marcado en el ser humano, seguramente con origen en viejos paradigmas y creencias: la necesidad de que alguien externo a nosotros nos dé algo que creemos no tener, algo que nos lleve a la “iluminación”, algo que nos dé “salvación”. Incluso puede ser que a nivel consciente ya estemos compartiendo lecturas e ideas que apunten a la Libertad Espiritual, pero a nivel inconsciente podemos seguir buscando esta dependencia y podemos seguir tratando de negar nuestra libertad.
Incluso puede suceder que en nuestro cotidiano día a día alcancemos estados de intensa dicha, ya sea mediante la profunda meditación, o el simple Estar presentes, en la naturaleza o mediante la forma que sea, pero aún así, puede seguir estando en nosotros este patrón de querer encontrar ese “algo más” que nos puede llevar a una pérdida significativa de nuestra libertad interior.
Otro aspecto a tener en cuenta es nuestro miedo a la soledad. A todos nos puede ocurrir que en algún momento de nuestra vida nos toque transitar un sentir de soledad, de no terminar de encontrar seres afines y con quienes nos sintamos pares. Este sentir también puede motivarnos a ingresar en una estructura o institución, para no sentirnos más solos. El deseo de querer compartir es sumamente genuino y válido, pero tenemos que ser conscientes de a dónde ingresamos, porque podemos dejar de estar solos pero a un precio demasiado elevado: la pérdida de nuestra Libertad Espiritual. Si nos amigamos con nuestra soledad, la aceptamos profundamente y la integramos en nosotros y en nuestro propio y único Camino, es sumamente posible que desde esa vibración nos encontremos sincrónicamente con seres que están vibrando de forma similar. Y es de lo más dichoso el poder compartir esta Libertad Espiritual entre pares. De hecho, el compartir es una parte integral e importantísima de ella.
La no aceptación de los períodos de desconexión
Es posible que en ciertas ocasiones transitemos por períodos de desconexión interna, que nos pueden generar tristeza, incertidumbre o vacío interior.
Durante estos períodos también nos puede surgir el impulso de querer encontrar la verdad afuera y desde ese sentir de carencia también podemos terminar ingresando en una institución o estructura en donde podemos perder nuestra libertad individual.
Es muy sano permitirse transitar estos estados desde la aceptación, integrando en nosotros lo que sea que sintamos. De esta forma siempre saldremos fortalecidos y con un mayor grado de madurez, comprendiendo que ese proceso de desconexión también fue parte de nuestro camino.
Monopolización de la conexión con la Divinidad y distorsión de las Verdades Espirituales
Hoy en día hay ciertas instituciones, estructuras o incluso individuos, que responden al viejo paradigma espiritual de dependencia y coartación de la libertad, y que en mayor o menor medida suplen esta demanda que surge del rechazo a Libertad Espiritual y miedo a la soledad del ser humano.
He aprendido bastante sobre esto, en parte por la propia experiencia de haber participado y profundizado en una de ellas y en parte por la experiencia de seres cercanos en otras instituciones similares.
Varias de estas estructuras e instituciones en un principio utilizan términos y conceptos interesantes, como “karma”, “reencarnación”, “iluminación”, etc, y desde ya, no se suelen auto llamar “religión”, pero al profundizar en ellas vemos que pueden llegar a ser tan rígidas y cerradas como ciertas religiones o incluso más.
Es muy común que el ingreso a estas instituciones sea paulatino. Se suele invitar a los posibles nuevos ingresantes a reuniones progresivas debido a que, para que estas ideas y conceptos caigan en un terreno fértil, deben ir ingresando en nosotros muy paso a paso, a cuentagotas. Si nos mostraran de entrada y con sinceridad dichos sistemas de creencias en su totalidad, seguramente desde el simple sentido común no querríamos seguir adelante.
Desde ya que la gente que suele formar parte de estas instituciones, sobre todo los más comprometidos, no lo hacen con mala intención sino todo lo contrario, realmente creen en eso, y realmente creen que les están haciendo un bien a los demás y de hecho se suele encontrar gente muy amorosa en dichos lugares. Los que sí me generan mis dudas son los seres que están en las cúpulas de dichas estructuras, los que no solemos ver habitualmente, los creadores de estas estructuras, aunque también simplemente puede tratarse de sistemas de creencias arcaicos que se siguieron propagando en el tiempo, sistemas resultantes de culturas milenarias y rígidas, que tal vez tuvieron su razón de ser en un lejano pasado pero que ya no son compatibles con estos tiempos.
Volviendo a la gente, el hecho de que haya gente amorosa no quita el hecho de la mella que estas estructuras pueden causar en nuestra integridad, en nuestro poder interior y en nuestra libertad espiritual. De todas formas, visto desde una perspectiva más atemporal, el resultado de transitar por una de estas estructuras y finalmente salirse y poder ver todos los manejos y cómo uno en su momento ingresó y compatibilizó con dichos manejos, si bien tal vez muchos no lo necesiten, a algunos nos puede generar finalmente un gran fortalecimiento espiritual y muchísimo aprendizaje por el absurdo, y una gran conciencia y valoración definitiva de nuestra Libertad Espiritual.
Hay ciertos patrones y puntos clave que habitualmente se suelen encontrar en este tipo de estructuras. A continuación compartiremos algunos de ellos: (Desde ya, también pueden aplicarse a individuos que no necesariamente formen una estructura institucionalizada pero que respondan a este paradigma de control y coartación de la libertad espiritual)
• Monopolización de la Conexión Espiritual y la “Verdad”. Cuando nos juntamos a compartir con otros seres sobre espiritualidad y sentires desde el corazón y se da un ambiente ameno y cálido, lo más probable es que nos sintamos sumamente conectados y dichosos. Esto puede suceder tanto en una reunión de este tipo de caminos e instituciones, como en una sencilla y profunda reunión espontánea entre seres libres que comparten sin estructura predeterminada sus inclinaciones hacia lo profundo y existencial. “Dios es como el viento, sopla cuando y donde quiere”, decían los Esenios. “Dos o más en mi nombre y allí estaré” decía Cristo.
Pero en estas estructuras lo que se suele dar es una marcada apropiación y monopolización de la Conexión Espiritual. Se le dice a la gente que la conexión espiritual y las vivencias profundas que se tienen al transitar por dichos caminos y participar en sus actividades, es debido a que sólo en ese camino o institución se encuentra la verdad, o que dicha estructura es la única que posee y puede otorgar la conexión verdadera, y también desde ese mismo lugar se suele descartar todo lo demás, ya sea diciendo que no es tan útil, o no es verdadero, o incluso diciendo que lo demás es peligroso.
De la mano de esta monopolización, también se suele inculcar una dependencia muy marcada, y la creencia de que hay una persona más capacitada que nos tiene que dar algo que no tenemos, para habilitarnos a algo superior.
Como consecuencia de todo esto, se suele dar una marcada quita del poder interno de la persona. También se suele inculcar una aparente “humildad”, pero tan excesiva que la gente comienza a sentirse tan pequeñita que termina sometida. Comenzamos a dejar de creer en nosotros mismos y nuestra propia capacidad y comenzamos a creer que sin dicho camino no podríamos sentir nada profundo ni ningún tipo de conexión espiritual.
Este patrón del ser humano de armar una estructura y pertenecer a ella y creer que sólo dicha estructura es o posee “la verdad” y “la salvación”, es algo muy común de esta época y de todas las épocas. Un patrón de distorsión que históricamente ha causado división y desentendimiento entre hermanos.
¿De qué nos tenemos que “salvar”? Simplemente de nuestro miedo a ser libres, de nuestro miedo a ser soberanos, de nuestro miedo a discernir, de nuestro miedo a vivir bajo la verdadera guía de nuestra Esencia, de nuestro rechazo al Aquí y Ahora, de nuestro miedo de afrontar el mundo y mejorar lo que pueda ser mejorado, de nuestro miedo a ser responsables de nosotros mismos, y desde allí, relacionarnos con todos los demás, respetando y honrando a todos como partes de la Divinidad y a la vez permitiéndonos sintonizar y vibrar la afinidad natural que se da entre pares.
• Distorsión de las Verdades Espirituales. Generalmente en este tipo de estructuras se suele dar una marcada distorsión y acomodamiento de ciertas verdades, como para justificar y hacer perdurar la existencia de estas estructuras, y de esta forma, estas distorsiones se transforman en mecanismos de defensa de las estructuras. Por ejemplo, en una de estas estructuras se decía que si se cuestionaba a la estructura o había cosas con las que no se estaba de acuerdo, en realidad era “rebeldía”, generada por el karma de la persona, que reaccionaba porque no quería “ser limpiado”. Y se decía también que si la persona terminaba abandonando dicho camino, era debido a que “el karma le había ganado”.
También se suele hacer mucho hincapié en el sentido de pertenencia, por ejemplo remarcando que no todos los seres tienen la oportunidad de llegar a dichos caminos, y que el que llega es gracias a su buena base espiritual de vidas pasadas. Creer en esto puede generar cierto bienestar, más allá de que la persona pueda haber entregado su poder interno.
También se suele inculcar mucho el abandonar la mente y el ego, pero desde un lugar de entrega excesiva que suele derivar en pérdida del propio discernimiento, y en ciertos casos, también en fanatismo y ceguera.
• Manejos mediante “premio-castigo”. Para mantener a la gente renovando su compromiso de participar en dichas estructuras, se suelen inculcar mucho los esquemas de premio-castigo. Suelen ser habituales la promesa de salvación, la promesa de no volver a encarnar en la tierra, o incluso la promesa de que si uno hace todo lo que se debe hacer, beneficia a sus descendientes y antepasados. Desde ya que es real que si nos hacemos cada vez más conscientes y nos sanamos cada vez más, esto también ayuda a sanar nuestro sistema familiar. Esto se puede ver muy claro en terapias actuales, como Constelaciones Familiares. Pero en estas estructuras suele ser distorsionado y reorientado hacia el premio-castigo para mantener a la gente dependiente.
• Manejos mediante el miedo y la culpa. También se suele recurrir a inculcación de miedos, por ejemplo mediante un enfoque excesivo, distorsionado y dualista en la ley del karma o causa y efecto, en donde criticar a dicha estructura y camino es lo que más karma puede generar en la vida.
En algunos casos se habla a la gente del purgatorio e incluso del infierno y el demonio.
Podría agregar muchísimo más detalle y seguir escribiendo varios puntos más, pero creo que ya es más que suficiente. Se puede observar con claridad que todos estos puntos debilitan el espíritu en lugar de fortalecerlo y prácticamente todos comparten como común denominador el miedo, la desconfianza en uno mismo y la quita del poder interno y libertad espiritual.
Más allá de todo esto, repito, al menos en mi experiencia, este tránsito me enseñó muchísimo, sobre todo por el absurdo. Al día de hoy claramente puedo ver que me tocó transitar dicha experiencia porque seguía “buscando” de forma excesiva y no disfrutada y no estaba valorando lo que ya tenía, lo que ya era, lo que Soy, lo que Es. Y seguramente haya sido así en el caso de muchos otros seres que les haya tocado transitar una experiencia similar.
En mi caso, durante un tiempo dicha experiencia me sirvió de “anestesia” a esa inconformidad y rechazo de la propia libertad, hasta que, llegado un punto realmente comenzó a hacerme daño toda la contradicción que sentía dentro de mí y allí fue que finalmente decidí liberarme y crecer. Y hoy la Gratitud derivada de esto es enorme.
Por mucho tiempo no quise compartir públicamente nada al respecto, por una cuestión de respeto, y porque no sentía que podía ser constructivo. Pero llegó el momento en el que la Libertad Espiritual fue madurando en mí y sentí muy desde adentro que era momento de compartir todo esto, simplemente para que sea útil al tránsito de otros, pero sin la intención de dañar ni denigrar a nadie en absoluto. Si hay alguien que considera que puede estar siendo parte de una estructura o esquema similar a los aquí expuestos y luego de leer esto se siente movilizado/a, lo invito a que aplique su propio discernimiento de la mano de su profundo sentir y ni hace falta decir que tampoco tiene que tomar estas palabras como verdades absolutas. Y es sencillo: si Ud. considera que su tránsito y pertenencia le hacen bien, siga adelante con ello y no le preste demasiada atención a este escrito. Si llega a un punto de contradicción y movilización interna como sucedió en mi caso, tal vez sea tiempo de rever su situación y decidir algo distinto. Pero el tránsito es de cada uno y es sagrado.
¿Qué hay de la ayuda que podemos recibir de alguien externo?
Hay seres o instituciones que nos pueden asistir y ayudar en algún tramo de nuestro camino, pero, ¿cómo saber si es genuino? Es simple: si verdaderamente se trata de alguien que nos puede asistir y dar una mano en algún tramo de nuestro Camino, simplemente oficiará de espejo de la Divinidad que mora en nosotros y jamás intentará hacernos dependientes de nada. Y lo más probable es que luego de un tiempo nos invite a andar en bicicleta sin rueditas de apoyo, por nosotros mismos. Nos puede quedar un lazo de Amor hacia este Ser, pero nunca un sentir de dependencia.
También es importante observarnos y ver “desde dónde” estamos buscando dicha asistencia.
Esta es una época en donde a cada vez más seres se nos invita a disfrutar de esta no-pertenencia a nada en especial, que en realidad pertenece a Todo y a Todos y desde allí, podemos vernos entre todos como verdaderos Hermanos y mutuos Maestros y nos podemos ayudar y asistir los unos a los otros.
¿Soy verdaderamente libre o me quedo atrapado en el “estar en contra”?
La idea y propuesta que surge de todo esto es enfocarnos cada vez más en vivir y disfrutar nuestra Libertad Espiritual, experimentar la Dicha de Ser, mientras transitamos el Eterno y Siempre Ascendente proceso de Realización de nuestro Eterno Ser, más allá de toda palabra que pueda ser escrita o dicha.
El propósito del análisis de las estructuras mencionadas sólo fue expuesto con el fin de hacernos conscientes de dichos patrones y manejos para así poder liberarnos, pero una vez hecho esto, es sumamente sano soltar. Enfocarse demasiado y poner demasiada energía y tiempo en hacerle la contra a este tipo de estructuras o instituciones puede ser una trampa más que nos impide experimentar en plenitud nuestra Libertad Espiritual y en este caso, la trampa sería impuesta ni más ni menos que por nosotros mismos.
Si nuestro camino y aprendizaje nos lleva a liberarnos de una institución de este tipo, es importante comprender que se trata de nuestro tránsito y aprendizaje, que no tiene por qué ser igual al el de los otros. Pretender convencer a los demás de mi visión puede ser otra trampa autoimpuesta que me impida ser verdaderamente libre.
Cuando nos enfocamos demasiado en estar en contra, generalmente esto deriva en malestar. Veremos que se disfruta muchísimo más y nuestro cuerpo y espíritu se sienten muchísimo mejor cuando nos enfocamos en disfrutar el propio Ser Aquí, Ahora y Eternamente.
“Enfocarse en lo que Es para mi, y no en lo que no es”.
Siendo Íntegros desde la autoconsciencia
En este nuevo paradigma podemos ser genuinamente amorosos, íntegros, amables con los demás, generosos, serviciales, etc, como consecuencia directa de experimentar nuestra libre conexión con la Esencia, dando y siendo generosos cuando así lo sentimos y cuando nuestro sano discernimiento lo indique o poniendo un sano límite con amor y firmeza cuando una situación desequilibrada así lo requiera.
En este paradigma de Libertad Espiritual Consciente ya no son necesarios los sistemas de creencias que nos hacen “ser buenos” y a la vez, tampoco nos auto engañamos creyéndonos iluminados absolutos que se llevan por delante a todos los demás.
Desde nuestra Esencia emana una especie de Responsabilidad, pero no como algo pesado y que se lleva como una carga, sino Responsabilidad vista desde un lugar de disponernos cada vez más a Escuchar verdaderamente la voz e inspiración interna, cada vez más libre de interferencia. Es Responsabilidad de Ser, lo que realmente Somos. Es Responsabilidad Disfrutada, sabiendo que mientras Somos cada vez más esa Esencia que Somos, estamos co-creando juntos la Nueva Tierra, estamos trayendo “el Cielo a la Tierra”, nos hacemos conscientes de que Somos los Seres que Estábamos Esperando. Las Familias de Almas se vuelven a reunir. Ya no sentimos necesidad de “volver a Casa”, porque nos damos cuenta de que si estamos Conscientes, Estamos en Casa.
Por: Sebastián Alberoni – www.caminosalser.com
Edición: Normi Sartori
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